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El despertar de la crisálida. Junio 24

El anhelo de ser nos guía a través de un entramado de relaciones y experiencias que nos van enraizando y, por tanto, haciendo sentir que pertenecemos. Entre ambos latidos existimos y nos vamos desarrollando como humanos.

Teresa Guardans, en su artículo del libro “La experiencia contemplativa”, me da una gran luz al recordar la consideración de Maturana de que lo genético no nos otorga lo humano, sólo da la oportunidad de lo humanizable. 

 Es viviendo las experiencias en el entramado vincular como vamos siendo. Enraizados en ellas podemos irnos desarrollando, como cualquier árbol se enraíza en la tierra buena y va creciendo, floreciendo y dando frutos maduros. 

Las relaciones, como la tierra, necesitan nutrientes para convertirse en lugares sanos, porosos y enriquecidos donde echar raíces, para que la vida que se siembra siga su curso. 

Crecen las alas y se fortalecen gracias a que aceptamos vivir, experimentarnos, en nuestras raíces, nutriéndonos y también sanándolas. Se despliegan llevándonos hacia la plenitud de la verdad natural que nos habita liberándonos de miedos, deshaciendo apegos, entregándonos a los movimientos del corazón, explorando con curiosidad posibilidades y atesorando, como rica miel, la sabiduría que destila cada experiencia vivida.

Y casi imperceptiblemente, casi sin darnos cuenta, se unifican en nosotros la vocación de ser tierra y la vocación de ser cielo. El camino de la tierra es la puerta de entrada al camino del cielo; Y es que sin raíces no hay alas, y sin alas no hay verdaderas raíces. 

Bello caminar este caminar humano, en cuyo tránsito genuino nos vamos tornando, en su expresión más poética, en el sueño que fuimos soñado por el que Es.

Así te convoco a esta nueva edición del Despertar de la crisálida que tendrá lugar los días 7,8 y 9 de junio en la Casa de Espiritualidad de San Juan de la Cruz de Úbeda.

El precio de la estancia y las comidas: 110€ Aportación para el retiro: 150€

Viviremos la experiencia de ser el fruto humano de nuestro caminar enraizado y nuestro caminar alado. Siendo tejidos en el ser y el pertenecer vamos manifestando la verdad única que nos habita y que se nos ha otorgado por Amor.

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